Por ahora quiero saltarme las condiciones lógicas como el tiempo y los recursos que el narrador tenga para preparar sus aventuras. Y me gustaría platicarles de una experiencia personal que me sucedió hace algunos años.
Por aquellos tiempos había conseguido un grupo nuevo para jugar y recientemente me había comprado el Dark Ages: Vampire, que debo decir es uno de mis juegos favoritos. Las condiciones eran las apropiadas para iniciar una buena partida, el grupo estaba emocionado, había un juego nuevo y tenía suficiente tiempo para preparar algo bueno así que me di a la tarea de hacerlo.
Lo cierto es que me deje llevar por la emoción y comencé una investigación detalladísima del período de la Reconquista Ibérica que era donde se desarrollaba la aventura. Leí no se cuantos libros, investigué en bibliotecas y fotocopié decenas mapas. Prácticamente gane un doctorado en la materia.
Después pase a diseñar el mundo de juego. Diseñe con la ayuda del metaplot una compleja trama en las sombras de la Reconquista, construí cerca de 200 NPC´s de todas las clases sobrenaturales posibles, a cada uno de ellos les hice su ficha y una historia por completo detallada y conectada. Cada NPC con que los jugadores se encontrarían tenia motivos, fines y una historia.
Así construí un gran mundo de juego donde todo tenía sentido, los personajes un rostro y yo como Narrador un conocimiento absoluto de las causas que movían la historia. La cual tenía pensado que abarcaría desde aquel período histórico hasta la Gehenna en tiempo juego y en tiempo real pues simplemente pensé que íbamos a jugar por siempre.
En total he de haber llenado cerca de 500 páginas con toda la información necesaria.
Entonces llegó el día de poner todo al asador. !Y todo salió perfecto! Durante 3 o 4 meses la historia seguía de maravilla, pero entonces todo empezó a cambiar. Los jugadores comenzaron a faltar, algunos consiguieron novia y otros trabajo. Cada vez era mas difícil quedar para jugar. Hasta que llegó el fin inevitable. El grupo se separó y mis 500 páginas de información quedaron en el olvido. Como era natural, quise salvar el juego por cualquier medio posible, pero fue imposible. Los tiempos cambian al igual que las personas.
Todo mi trabajo quedo en un rincón y a veces cuando me entra la nostalgia lo observo y sonrió al encontrar donde estaban los ganchos para la nueva aventura o el suceso que cambiaría la historia en X o Y punto. Sucesos y ganchos que sucederían claro en el año 5 o 6 de juego, lo cual ahora me doy cuenta era imposible.
Por otro lado, la hermana de mi peor amigo o mejor enemigo (tú sabes quien eres ;) ) es una perfecta candidata al mundillo del rol. Tanto que una vez me sorprendió sobremanera que no se mostrará interesada en los juegos.
Al preguntarle a mi colega, él me contesto: - Al contrario, una vez se vio muy interesada, escribió libros, cuentos y tratados enteros sobre su personaje, la historia de su cinturón, la de la empuñadora de su espada, étc. Pero se frustró al darse cuenta que el Narrador jamás las utilizaría...-
Eso me hizo recordar a un jugador que tuve en el pasado que hacía prácticamente lo mismo, Páginas enteras de la historia de su personaje, desde su infancia, hasta las guerras que libró, símbolos y significados de sus tatuajes, nombres de armas, y un GRAN etcétera.
A todo esto es lo que llamo Sobrepreparación.
¿Quien tuvo la culpa de que 500 páginas de historia de la Reconquista Ibérica se quedarán en una carpeta perdida en el olvido? ¿Quien tuve la culpa de no poder leer la vida y obra de Ral Ortal el bárbaro vikingo? Lo cierto es que nadie.
Al final, todos hicimos lo que hicimos por que nació de nosotros y quisimos vivir de esa forma nuestra afición rolera. Estoy seguro que en los tres casos que les he narrado todos nos divertimos al escribir esas historias y realizar esas investigaciones. El único error que cometimos fue el pensar que todo tenía que ser usado.
Creo que lo mejor que ponemos hacer como miembros de una mesa y como Narradores es al momento de observar (o observarnos) que un jugador se está sobrepreparando dejarle bien en claro que será muy difícil y quizá imposible que todo ese material se use en juego.
Por mí parte aprendí que hacer crónicas infinitas con ideas y semillas para años de aventuras es solo una invitación a la decepción, ya que todo se mueve y por múltiples motivos las gustos, necesidades y posibilidades cambian.
En lo personal he aprendido a no sobreprepararme ( lo que no quiere decir que no me preparo) y a escribir historias con un número limitado de capítulos. Hasta ahora me ha funcionado excelente. El trabajo que se realiza está más enfocado, el control es menos y por la tanto la libertad lo es más.
Esa es la lección que me lleve sobre la sobrepreparación.
¿Qué me dicen ustedes?
¿Tienen alguna historia similar? ¿Algo que hayan aprendido de ella?